
En 2015, la Asamblea General de la ONU aprobó la agenda 2030, en la que se definían 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con 169 metas para alcanzar un desarrollo que permita reducir el fuerte impacto que, como especie, causamos al medio ambiente.
Los países miembros decidieron enfocar estos objetivos en tres dimensiones —social, económica y ambiental—, atendiendo a los diferentes ámbitos a los que afecta el cambio climático. Han pasado ocho años desde aquel momento, tiempo más que suficiente para que la alerta lanzada calase en gobiernos y organismos internacionales. Y, en parte, así ha sucedido: durante estos años, y a pesar de la pandemia de COVID-19, se han ido desarrollando e implantando políticas que impulsan la sostenibilidad.
No solo eso, este cambio de paradigma ha convertido el concepto de sostenibilidad en uno de los más relevantes de nuestro tiempo, sin duda en el ámbito social y político, pero también en el empresarial, pues muchos negocios han reenfocado sus tareas, actividades y objetivos para hacerlos compatibles con la sostenibilidad.
Gestión de los residuos
En los últimos años se han promulgado normativas verdes, centradas en la protección del medio ambiente, que obligan a ciudadanos y empresas. Un ejemplo es el desarrollo de la regulación que impulsa el deber de cuidado y de vigilancia del entorno (duty of care o due dilligence); otro, normas como la Ley española 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular (LERSEC), que considera que la responsabilidad de los residuos es compartida entre el generador, o productor del desecho, y el gestor.
Gracias a esta ley, España se ha equiparado a otros países europeos como Francia, el Reino Unido o Alemania, pasando de un modelo de gestión de residuos con responsabilidad delegada, donde el productor deja de ser responsable tras entregarlo a un tercero, a una nueva situación donde sí tiene la obligación ética y legal de asegurar el bienestar de otros a lo largo de toda la vida del residuo.
Este cambio normativo es determinante para evitar la contaminación derivada de la gestión ilegal de residuos, y sigue la estela de las leyes medioambientales europeas que impulsan el control de la trazabilidad del residuo desde su origen hasta su último tratamiento. Nada nuevo: la ley viene a dar validez jurídica al conocido mantra de el que contamina paga.
La trazabilidad de los residuos hace que estos puedan ser reintegrados a la cadena de valor, lo que favorece la economía circular
Es más, en 2024, la Unión Europea implementará la Directiva CSDD (Reglamento sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad de las empresas), que refuerza la importancia de que las empresas adopten una conducta responsable en aspectos sociales, laborales y ambientales.
El impacto de la directiva CSDD no es menor: se aplicará a empresas de la UE de gran tamaño (más de 500 empleados y 150 millones de euros en facturación global) y a otras de alto impacto en sectores específicos (más de 250 empleados y 40 millones de euros en facturación global), extendiéndose también a todas las pymes que forman parte en la cadena de valor de estas compañías.
Este es solo un ejemplo de la importancia que tiene, y tendrá, la gestión correcta de los residuos producidos. Cada vez son más los gobiernos que obligan a las grandes corporaciones a gestionarlos adecuadamente para reducir los gases de efecto invernadero y el calentamiento global.
Pero, ojo, porque la gestión de los residuos también ayuda a generar nuevos modelos de negocio, flujos económicos y puestos de trabajo. Ser verdes ayuda a las multinacionales a mejorar su imagen frente a los mercados donde se financian, y también frente a sus consumidores, cada vez mejor informados y más concienciados en aspectos relacionados con la sostenibilidad.
La tecnología como gran aliada
En este punto, el desarrollo tecnológico es clave para ser más sostenibles. De hecho, el área de TI se ha convertido en un departamento fundamental para lograr que la sostenibilidad alcance todos los procesos del negocio.
TEIMAS se especializa en soluciones de software que ayudan a las grandes corporaciones a digitalizar la cadena de valor de sus residuos. Durante los últimos años hemos sido testigos de la consolidación del concepto de sostenibilidad en el entorno empresarial, pero también de cómo ha ido aumentando el número de empresas y Administraciones que desarrollan planes estratégicos sostenibles mediante soluciones tecnológicas que les facilitan el control de los residuos que generan.
La digitalización es imprescindible para obtener información detallada sobre los residuos de las empresas, lo que permite tomar mejores decisiones en este ámbito, así como incrementar la competitividad industrial al reducir costes, atraer nuevos inversores o mejorar la imagen.
El concepto de sostenibilidad en uno de los más relevantes de nuestro tiempo, en el ámbito social, político y empresarial
Además, conocer la trazabilidad de los residuos es lo que hace que estos puedan ser reintegrados a la cadena de valor, lo que favorece la economía circular. Estas soluciones, basadas en una plataforma de gestión en la nube, son imprescindibles en el camino hacia la sostenibilidad empresarial, pues permiten reunir en un único lugar toda la información relativa a los residuos.
Se comprenderá fácilmente la ventaja que ello reporta a la hora de gestionar residuos, cumplir con la normativa vigente y preparar las inspecciones, auditorías y memorias de sostenibilidad.
El ejemplo de American Tower
Como muestra de las posibilidades de la digitalización en la gestión de residuos podemos hablar del proyecto realizado en American Tower España. Esta empresa, especializada en infraestructura pasiva para telecomunicación móviles, logró reciclar más de cuatrocientas toneladas de residuos en nuestro país apoyándose en el software TEIMAS Zero.
American Tower España quería gestionar adecuadamente los residuos generados durante los procesos de obra y mantenimiento de las más de 11.500 torres de telecomunicaciones que la compañía tiene en nuestro país. Necesitaba para ello una solución que hiciera posible compartir información con los colaboradores externos que tramitan la documentación legal de residuos conforme a los requisitos de cada Comunidad Autónoma.
El medio para lograrlo fue integrar Zero con su plataforma de gestión de obras, lo que ha permitido registrar tanto las salidas de residuos de obra desde sus instalaciones como otros datos no relacionados con los residuos. Se redujo así el impacto ambiental de la compañía y se facilitó el acceso a la información de gestión de residuos de las torres, así como su seguimiento, de un modo que garantiza la trazabilidad y facilita la presentación de auditorías medioambientales.